Soliloquios y reflexiones.

En mi ventana ya no estaban los barrotes ni el mosquitero, se veía claramente el patio, en donde aparecieron 3 gatos enormes, mi perra los sintió al momento porque se asomó de inmediato al treparse a la silla que daba a la ventana, sin titubear saltó desde el segundo piso a enfrentarles, me impresionó que cayera de pie, quedé impactada. Los gatos eran enormes, el doble de su tamaño, vi como la rodearon y la atacaron, era una pelea dispareja. Iba a ir a su rescate, atravesé el pasillo que se alargaba más y más... llegando a las escaleras bajé algunas de dos en dos, y cuando por fin llegué al final comencé a bajarlas del nuevo, saltaba de un escalón al otro, todos los que aparecían bajo mis pies, pero no llegaba abajo, y así como me acercaba a la planta baja volvía a comenzar, seguía bajando, era una espiral. Me desesperé tanto...
Entonces sonó el tono de Psycho, porque había llegado un mensaje al celular.
Vaya manera de levantarse de un sueño desesperante, mis nervios se tensaron aún más con ese tono de timbre.
Así que como moraleja de la historia, no es recomendable poner el tono de timbre de Psicosis, que sale en la escena donde la mujer se bañaba y el tipo con un cuchillo la iba a matar.