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y entonces

Quizá sea la falta de voluntad, o es que en realidad quería seguir soñando... Desde que me acosté lo pensé y visualizé que iba despertarme temprano y hacer cosas -productivas- porque eso es en lo que debo enfocarme, después de mi retroceso y mi lapso de stand by realmente tengo que mantener una perspectiva, y no sé, es que me ha hecho falta motivación y esa la tengo que encontrar dentro de mi misma. El punto es que yo quería, en verdad quería, levantarme temprano y hacer todo lo que pensé hacer, por lo que puse la alarma, a las 8, y a partir de ahí mi día iba a empezar como lo planeado. Pero al momento que dieron las 8, yo estaba en un sueño profundo, era toda una historia, y yo la estaba viendo como espectadora, todo con lujo de detalle. Así que apagué la alarma y me volví a acostar, me aventé en la cama y sentí esa sensación tan plácida, las almohadas, las sábanas, la cama tan suave, todo en perfecto estado para seguir con el relato que mi subconsciente estaba creando, por eso me quedé dormida y en un instante continué con mi historia. Era toda una vida, la soñé desde que nació hasta que se hizo viejecilla feliz. ¿Su nombre? Todavía no lo sé, después le pondré un nombre a mi personaje principal. Le tomé tanto cariño, y es es que su vida fue tan intensa. Y claro, la historia tenía giros típicos de los sueños, en ciertos momentos era muy surreal, muy bizarro, pero en otros era tan real, casi palpable. Por eso no quería dejar de soñar, no quería despertar y dejar inconclusa la historia que se estaba formando en el momento. Despertar sería como interrumpir una película en medio del clímax, no podría, no me lo perdonaría, no con esta historia.
Así que... no desperté según lo planeado, pero ahora que lo pienso, fue mejor así, porque de haberlo hecho no habría terminado aquella historia. Aunque me despierte más cansada, aunque pareciera que mis sueños me consumen, porque incluso hubo un momento en que estaba tan envuelta que tuve que despertar para darme cuenta que era un sueño.
Ahora pienso en escribirlo, hacer garabatos. Pero es tan difícil escribir los sueños, Steimberg lo dijo una y otra vez. Porque los sueños tan espontáneos tienen su propio lenguaje, su código, su estructura. Tristemente en la vida real no es así. Aún así lo voy a intentar, y haré un registro. Lo que sí estoy segura es que ese sueño no lo voy a olvidar así como así. Se mantendrá en la carpeta de los sueños especiales junto con algunos más.

Ahora son las 3:20 de la madrugada, tanto que pensar, y tantas cosas que quiero hacer y si no las hice en la mañana las tengo que hacer a otra hora, y a qué otra si no es esta, en donde estoy más lúcida... no debería ser así, y es como los otros tantos -deberías-.
En fin... por el momento estoy contenta. Sí lo estoy... la noche fue magnífica... tanto que pensar y sentir, sentir algo especial...
Pero bueno, hace rato llegué con mi mamá y la saludé y la abrazé y estuve con ella y entonces, por un momento divisé al balcón, y encuentro que la noche se ve como aquellas veces en las que parece que alguien tapa el día con una manta oscura, en las que pienso que el mundo está dentro en una caja de zapatos y nos manejan tal cual títeres y nos observan... Pero dejé esa imagen y mejor seguí abrazada con mi mamá. Después vine a la computadora y lo primero que me encontré fue el separador que mi papá me regaló en la tarde. Es de esos que se doblan de imán, de dibujo tiene muchos corazoncillos azules y en medio uno plateado brillante con una textura tipo metálica pero rugosa, al abrise se lee en un pergamino "Ninguna persona merece tus lágrimas, y quien las merezca no te hará llorar" G. G. Márquez. Me encanta que mi papá me dé esos detalles. Mis papás son lo mejor de mi vida, ellos y mi hermano (aunque siempre nos estemos peleando).

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